Felicitaciones de boda para un hermano o hermana

Cuando un hermano o una hermana se casan es un buen momento para hacer hincapié en el amor fraternal que le profesas. Puedes hacerlo de manera formal o quizá de una forma divertida, según sea el carácter del novio o la novia. Recordar el momento de su nacimiento o incluso del tuyo, si eres menor, así como recuerdos y anécdotas familiares pueden resultar buenas opciones.
Si no encuentras aún las palabras adecuadas para escribir en tu tarjeta, a continuación te ofrecemos mensajes originales de autor entre los que podrás elegir el que mejor se ajuste a tus deseos de felicitación, o bien podrás utilizarlos de ejemplo para componer el tuyo propio.
Ideas para felicitaciones originales para hermanos y hermanas:
Eres mi hermano favorito,
eso no lo puedo negar.
Por eso estoy un poco celosa
de que otra chica ocupe tu corazón.
Pero no te preocupes, lo voy a superar
en cuanto te cases y vea
cuánta es tu felicidad.

Hermano, en el día de tu boda
solo te puedo desear
la mayor felicidad del mundo
al lado de esa chica genial.
Lo tenéis todo para ser felices,
juntos estáis genial,
disfrutadlo mucho
que os quiero ver fenomenal.

Eres mi hermana pequeña
y no me creo que te vayas a casar.
Él es muy afortunado
y a ti te irá genial.
Sienta un poco la cabeza
no lo vayas a asustar
pero sobre todo vive intensamente
esta etapa mágica.

Siempre pensamos que sería difícil
poderte casar.
Y ahora nos sorprendes con este anuncio
del que ya no hay marcha atrás.
No creíamos que pudieses sentar la cabeza
y aún nos sorprende más
que esa persona tan estupenda
contigo el resto de su vida vaya a pasar.

Me da un poco de envidia que te cases,
siendo yo la hermana mayor,
pero esta vez te me adelantas
en esta importante decisión.
Os deseo lo mejor del mundo
y sé que lo vais a tener,
los dos sois tan geniales
que otra cosa no podría ser.

Ya no eres aquel niño rechoncho de juguetones hoyuelos; ya no eres el terror del vecindario, con tus rizos al viento. Ya no eres pequeño; te casas. Ahora que ya no me toca arreglar tus desperfectos, por fin puedo confesarte lo mucho que te quiero.

Siempre has dejado que me creyera el hermano protector. Porque soy el chico, porque tengo más años... Sin embargo, desde niño he sentido tus cuidados y, ahora que te marchas, me siento un poco huérfano.

Hemos sido compañeros de cuarto, de travesuras y de sueños. Hemos descubierto juntos las Américas. Nos hemos peleado y hasta herido. Y ahora, me abandonas por alguien más alto y guapo que me recuerda cuánto nos parecemos. Siempre quisimos más; siempre nos tendremos.

Te deseo un matrimonio feliz y próspero. Te deseo la vida que siempre has soñado. Te deseo todo lo bueno que soy capaz de concebir siempre que, para no olvidar las buenas costumbres, me prestes una llave de tu armario.

¿Te acuerdas de aquel peluche por el que siempre nos peleábamos? ¿Te acuerdas de que al final siempre dormías a él abrazada? Por fin tienes ahora tu propio peluche (¡qué bien le sienta la corbata!). Lo rescataré del desván: ¡partida ganada!
