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Ideas para felicitaciones de bodas para tu hijo o tu hija

Cuando un hijo o una hija deciden volar del nido y emprender una nueva vida junto a su pareja, los sentimientos de los progenitores son intensos y encontrados. En ese día tan significativo para la familia, una felicitación deberá recoger los mejores deseos de los padres, quizá con un tono de nostalgia pero también con la intención de transmitir sabios consejos a su retoño.

Recordar momentos significativos de la infancia, una frase o un verso bonito pueden poner palabras a tus sentimientos. Entre nuestros mensajes de autor, totalmente originales, podrás encontrar el que mejor se adecue a tus deseos o el que te sirva de inspiración para crear tu propia tarjeta de felicitación.

Consejos para felicitaciones especiales para niños:

Hablan de perder a una hija cuando esta se casa. Hablan, dicen, murmuran... No saben nada. Sé que no te pierdo, porque la cocina huele a tu risa y el salón a tu perfume. Disfruta de tu amor como yo lo haré de tu recuerdo.

Alegría, amor, felicidad. Te deseo lo más hermoso con motivo de tu boda; sigue los pasos que te he enseñado, acuérdate de tu madre, sé libre y cumple tus sueños. Aférrate a él cuando lo necesites, comeos a besos.

De niño, tan insensato, me mirabas con ojos enormes cuando rompías algo. Ahora te veo orgulloso, elegante, de la mano de tu esposa. ¿Dónde han quedado los años intermedios? ¿Dónde han quedado las peleas y los desvelos? Empiezas una nueva vida. ¡Adelante!

Ataviada como la princesa que siempre fuiste, sueltas mi mano sin perder la sonrisa. Vuestros dedos se enlazan. Ninguna lágrima empañará el principio de vuestro matrimonio, enraizado en el amor profundo que te hemos profesado en casa.

Y hoy, ya engalanada de blanco y al borde del altar, sigues siendo mi niña, aquel bebé que me apretaba con fuerza el dedo y reía sin parar. Ríe, preciosa, no tengo mejor deseo para ti que la risa eterna.

El paso que vas a dar confirma que he tenido éxito en la vida. Después de tantos años a tu lado y de tantos sacrificios, tú, hijo mío eliges tu destino. Felicidades y gracias por haber sido como eres.

El matrimonio es un jardín que debes regar todos los días, y en todo momento, para que puedan nacer flores hermosas, y para que la hierba crezca fuerte. Hija mía, sé paciente, porque a veces, las rosas tienen espinas, pero quédate tranquila, con el tiempo y con unión, todo se restablece, todo se cura. Vas a ser muy feliz.

Te deseo que seas tan feliz como lo hemos sido tu padre y yo. No olvides que el secreto está en dar sin esperar, y no dar importancia a las cosas opinables y pequeñas.

De pequeña me decías que no querías crecer y ser mayor. Ahora, cuando caminas hacia un mundo de compromiso, pareces susurrarme al oído: “mamá, gracias por dejarme encontrar, como ser adulta, sin dejar de ser niña”.

Felicidades por tu boda, hijo mío. No sé si podré acostumbrarme a entrar en tu cuarto, y no encontrarte allí dormido. Pero soy consciente de que cada etapa tiene su momento. Y ahora, a ti te corresponde formar tu familia, que también será la mía.